viernes, 4 de septiembre de 2015

La naranja mecánica, de Stanley Kubrick


¿Qué tal las vacaciones, filmolocos? Hoy os traigo la reseña de una peli genial de 1971, La naranja mecánica, del grandísimo Stanley Kubrick. Basada en la novela del mismo nombre de Anthony Burgess alcanzó muchísimo éxito y sigue siendo hoy en día una película de culto. Veamos primero, como siempre, la ficha técnica:

Título: La naranja mecánica
Título original: A Clockwork Orange
Director: Stanley Kubrick
País: Reino Unido
Productora: Warner Bros. Pictures
Duración: 136 minutos
Distribución: Warner Bros. Pictures

Tenía que ver La naranja mecánica, pero no quise hacerlo antes de leer el libro. Así que primero leí el libro y luego vi la peli. Y menuda maravilla de peli. Es una pasada. ¿Que no sabes de qué va? Te resumo: Alex es un joven que vive con sus padres y sale por las noches con sus amigos a emborracharse y a dar palizas a inocentes, a robar, violar a mujeres... vamos, lo típico. Y ese es el panorama que nos encontramos: una ciudad llena de ultraviolencia donde parece que la policía no tiene mucho que hacer.

Los jóvenes de la ciudad utilizan una jerga propia, el nadsat, en la que "drugo" es "amigo" y la boca es la "rota". Este lenguaje se utiliza mucho en el libro y, aunque yo pensaba que no se vería en la película, también aparece bastante.

A nivel visual la peli está genial, muy años setenta, pero muy chula, novedosa para la época. La banda sonora también es brutal. La actuación de un jovencísimo Malcolm McDowell es brillante. Y el vestuario también mola un cacho.

Debo advertir que hay partes de la película que son bastante duras. O sea, no se cortan para nada en las violaciones y las palizas. Es duro. Como la vida misma. Eso para mí es un punto positivo, pero a los que no les guste el cine explícito mejor no recomendarles esta peli.

Ultraviolencia, juventud, noche... parece que la peli va por ahí, pero en un momento pega un giro y todo cambia. Y hasta ahí puedo leer, que no quiero spoilear. Si queréis spoilearos, aquí tenéis el tráiler:



Desde luego, se lleva los cinco rollos.


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